Y pasó otro Jueves Santo...

Y lo hizo de manera intensa, con sus prisas, sus nervios, su incertidumbre meteorológica... Desde bien temprano, apurando en Secretaría aquellas papeletas de sitio de última hora de los hermanos que residen fuera de Jerez, ultimando detalles el Mayordomo y su gente, cerrando cada fleco desde Dirección de cofradía.
Luego una comida ligera, y de vuelta a casa, a Santo Domingo, para asistir a los Santos Oficios. Y luego la túnica, ese hábito dominico con el que los hermanos de la Oración en el Huerto nos sentimos cómodos, abrigados y confortados...y a las 19:40 la luz invadió el templo cuando se abrieron las puertas y la Cruz de Guía se plantó en el dintel para iniciar, un año más, nuestra estación de penitencia. 
Lleno absoluto en la Alameda de Cristina para ver esa Mirada al Cielo que a todos nos encandila y, a los sones de la Marcha Real, Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto se asomó a Jerez para, durante seis horas repartir sus bendiciones a tantas gentes que nos acompañaron.
Tras Él, María Santísima de la Confortación, bellísima en su maravilloso paso de palio, confortando a cuantos quisieron acercarse a Ella.
Y, con Ellos, nuestros Hermanos, haciendo posible que el Jueves Santo fuese, una vez más, uno de esos días que relucen más que el sol.
Y pasó otro Jueves Santo...un día para todo un año. 

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