San Vicente Ferrer (1350-1419) era conocido como el “Ángel del apocalipsis”, por anunciar la inminencia del Juicio Final, incluso uno de los atributos del dominico son las alas, por lo que contamos con representaciones escultóricas y pictóricas en las que aparece con el hábito y alado. Es curioso cómo en esta cofradía los ángeles están tan presentes, un caso verdaderamente único. A algunos de nuestras grandes creadores andaluces del 27, generación poderosamente atraída por dichos seres de luz, la cofradía le hubiera llamado la atención. Sea como fuere, además de las alas, el santo valenciano es representarlo mostrando con claridad su dedo índice, pues con ese gesto obró milagros. La versión que nos ocupa es menos frecuente, y no es un caso exclusivo jerezano, como se verá a continuación. La iconografía de esta escultura de la hermandad procede del San Jerónimo Penitente de Torrigiano, hoy en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Camacho, a todas luces su autor, cambió la piedra por el flagelo, que sería distinto al que hoy sostiene. Hay otras realizaciones que comparten origen iconográfico, como la labrada un siglo atrás por un escultor montañesino para la hermandad de Montserrat de Sevilla, imagen bastante similar que procesionó durante dos siglos precediendo a los pasos del crucificado y la dolorosa de la citada corporación. En ésta última escultura el santo no inicia el movimiento de fustigación, sino que lo termina, alejándose más del mencionado modelo italiano.
Fue restaurado con motivo del Programa Andalucía Barroca, por lo que contaría con la supervisión de técnicos de la antigua Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura.
Tenemos ante nosotros a una de las mejores esculturas barrocas existentes no sólo en Jerez, sino en Andalucía y en España. La calidad es siempre algo exclusivo que se distingue de lo ordinario.
Las hermandades que tienen esculturas barrocas de gran calidad en la ciudad son siete, sólo dos tienen más de una y la Oración en el Huerto es la única que cuenta con obras atribuidas a las tres grandes figuras de nuestro siglo XVIII: Camacho, Roldán y Váccaro.
Fuente: Bosco Gallardo
Oración a San Vicente Ferrer
Bienaventurado San Vicente, modelo de vida religiosa, ejemplo de fidelidad evangélica y predicador admirable de la palabra eterna: Concede a nuestra hermandad saber recoger el testimonio que nos legaron nuestros antepasados, vivir el presente con alegre esfuerzo y entrega generosa y abrir el camino al futuro transmitiendo la antorcha de la Fe, con el espíritu evangelizador con que tú sembraste la verdad de Cristo en nuestras tierras. Ruega al buen Dios para que mantengamos la fraternidad y la concordia, y en todo demos testimonio de hijos de la luz. Pide a María Santísima que nuestros cultos y demás actividades lleven el sello de un verdadero apostolado, buscando el bien de las almas.