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Ángel Confortador Cristo

 

El escultor gaditano Juan Luis Vasallo Parodi esculpió las dos imágenes que procesionan en el paso de Misterio de esta Hermandad: Jesús Orando en el Huerto y el Angel Confortador, ambas muy meritorias. Ambas fueron restauradas en 1990 por José Guerra Carretero.
El grupo de Jerez fue tallado en 1943. Son muy meritorias tanto la figura del Señor como la del Angel que le conforta. Jesús aparece de rodíllas, sudando sudor de sangre debido a la intensidad de su angustia, en tanto que un Angel aparece por detrás confortándole. Son imágenes de una absoluta modernidad. Cuando a Vassallo le encargaron este grupo escultórico pasional ya había tenido ocasión de dar prueba de su talento y, en aquellos momentos, estaba dando clases en Sevilla. Este momento pasionista puede describirse así: Jesús aparece de rodillas, casí postrado en tierra, con la mirada hacia lo alto. Las manos las tiene apoyadas delicadamente sobre un Cáliz, que es símbolo de su Pasión, de la Sangre que iba a derramar, que está sobre un promontorio. A sus espaldas, un Angel, muy escorzado, con grandes alas, acaba de poner su pie en el suelo. Su cabeza, de rasgos hermosos, es un prodigio en cuanto a que reúne, conjugados armónicamente, distintas tendencias artísticas, que van desde lo antiguo, lo clásico, a lo barroco y moderno, a lo actual. Tanto la imagen del Señor como del Angel están enteramente talladas, son de vestir y de tamaño natural. Es inevitable, al tratar de este grupo, hacer comparaciones con la obra que, bajo el mismo sentido devocional, esculpiera Francisco Salzillo en Murcia en 1752, que inició la serie de obras procesionales de este artista. En el grupo de Salzillo significó la implantación en nuestro país de la tendencia rococó. Pero esto sólo es cierto en parte. Un velo de dulzura ha limado en este grupo de Salzillo las asperezas y dramatismos del arte barroco del siglo XVII. Sin embargo, la expresión de Cristo, casi desmayada, es prototipo de realismo, de propensión exagerada, de efecto rebuscado y teatral incluso, así como un cierto sabor italianizante, visible en las suavidades del modelado.
En cambio, si observamos el grupo jerezano que talló Vasallo, comprobaremos las diferencias. El clasicismo de las imágenes es patente en algunos detalles, pero los visos de modernidad, como es lógico, han prendido en ambas tallas. Jesús, de rodillas, agarra suavemente el Cáliz de su Pasión, colocado sobre un peñasco, en donde apoya también ambas manos. Su actitud no es desmayada, como lo era la obra de Salzillo, sino tensa, expectante y majestuosa. El realismo del rostro lo logró gracias a la mirada del Señor dirigida a lo alto y a la expresión patética de los ojos, así como por la hinchazón de las venas del cuello. Los ojos tienen una expresión que se asemeja bastante a los del Cristo de la Expiración de Jerez, obra de Vassallo.
El Conjunto que Salzillo creó es más reposado y más dulce que el de Vasallo, si exceptuamos al Angel Confortador, que es muy movido. Ambos Angeles tienen en común, sin embargo, la postura escorzada, además de similitudes en el rostro, ambos adolescentes, imberbes, notándose esto por la blandura de las formas. El aspecto dramático de este instante prepasional se afianza gracias a la túnica morada que lleva Jesús, realzando su silueta, estilizada y majestuosa. Las facciones son de un exquisito buen gusto. Hay en la expresión un gran dramatismo. Por eso, la nariz se afila, los labios se entreabren y tenemos la sensación de que, efectivamente, Jesús están implorando al Padre. Es una sensación física, que Vassallo supo transmitir al espectador. Las manos, tanto del Señor como del Angel, revelan las gubias de un artista consumado.
La canastilla dorada de estilo barroco es obra de Manuel Guzmán Bejarano. Es de tan grandes características, que por su talla obtuvo su autor un premio en el año 1967. El conjunto está bien formado, de estilo suave y a la vez severo. La iluminación la realiza por seis candelabros. Las dimensiones de las andas son de 217 cms. de ancho por 475 de largo y 156 de alto. En su dorado intervino Manuel Calvo. Francisco Pinto realizó los evangelistas que figuran en las esquinas del paso en 1984.